MISIÓN IMPOSIBLE: FALLOUT
Hola y feliz verano!
Espero que estéis pasando este calor asqueroso en la oscuridad de una sala de cine con aire acondicionado porque MADRE MÍA. Yo huí el otro día a los cines de mi ciudad para ver la última aventura de nuestro agente favorito de la FMI, Ethan Hunt.
Así es, tanto Tom Cruise (¿os habéis parado a pensar alguna vez que el nombre de Tom traducido al español es Tomás Crucero?) como la franquicia que se inició en el año 1996 parecen imparables, siendo esta ya la sexta película, titulada como Misión Imposible: Fallout.
Nunca os he hablado de esta saga en el blog, pero la verdad es que me gusta mucho, creo que son unas películas con una gran calidad cinematográfica, no solo en el apartado técnico con grandes escenas de acción, sino también en la parte de guión, creando unas historias sólidas con buenos personajes. En esta ocasión, la película está íntegramente relacionada con su antecesora, tanto que hasta repite el mismo director, Christopher McQuarrie.
Ehtan Hunt y su equipo, formado por sus amigos Benji (Simon Pegg) y Luther (Ving Rhames), han metido la pata en una de sus misiones, y ahora la seguridad mundial pende de un hilo. Con el peligroso delicuente Solomon Lane (Sean Harris) huido, la CIA obligará a Ethan a colaborar con uno de sus más letales agentes, August Walker (Henry Cavill), para evitar el colapso del mundo. Por el camino se encontrará con caras conocidas como Ilsa Faust (Rebecca Ferguson).
Esta es sin duda una de las mejores películas de la saga, mérito que no solo se apoya en las fantásticas escenas de acción; por nombrar solo algunas, el salto Halo sobre París, la persecución en helicóptero en Cachemira o las múltiples persecuciones en coche, moto y en casi cualquier vehículo que se os ocurra; sino también en los personajes.
Huelga mencionar que todas las escenas de acción en las que sale Tom Cruise las ha realizado íntegramente él porque bueno, está giralda. Como dato, para la escena del salto Halo se tiró 106 veces de un avión, y para la de los helicópteros estuvo más de un año dando clases para pilotar él solito. Pero si se rompió un tobillo en la grabación y siguió rodando WIG.
La adición más destacable es sin duda la de Henry Cavill y su mostacho, que tan de cabeza trajo a los responsables de La Liga de la Justicia (si no sabéis de que hablo buscadlo en Google porque lmao). Henry no es un actor con muchos registros, pero aquí se adapta bien a las dinámicas que le pide la película, construyendo un personaje brutal que no sabes de que pie cojea (porque admitámoslo, con todo el rollo de las máscaras, las trampas entre agencias y todo eso, no sabes por donde te va a salir nadie nunca).
Sin embargo, mi personaje favorito desde su adición en la pasada entrega es Isla Faust, interpretada magistralmente por Rebecca Ferguson. Ilsa es una agente del MI6, el servicio secreto británico, y estuvo infiltrada dos años con Solomon Lane para intentar capturarlo. Sabiendo esto, nos podemos hacer una idea de que Ilsa no es una agente a la usanza, como podría ser Ethan, que con sus más y sus menos siempre trata de hacer lo correcto.
Ilsa es un personaje con muchos matices, lleno de contradicciones, consiguiendo que no sepas muy bien cuales son sus intenciones y haciendo de su relación con Ethan uno de los pilares fundamentales de la película. Yo sería feliz con un spinoff centrado en ella porque me fascina.
En fin, dicho todo esto, es evidente que es una película que se disfruta y que te atrapa durante todo su metraje, cumpliendo perfectamente su función de blockbuster veraniego de entretenimiento; un entretenimiento además cuidado y pensado para encajar. Espero que si vais a verla la disfrutéis un montón.
Comentarios
Publicar un comentario