UN MONSTRUO VIENE A VERME

Hoy no me apetece ni saludar. Solo me apetece ponerme a escribir y así poder soltar todo lo que llevo en el pecho. 
Para aquellos que no lo sepan, en su momento hice una crítica del libro en el que se basa la película, la cual os dejo aquí (http://librosdecineyalgo.blogspot.com.es/2015/02/un-monstruo-viene-verme.html)

La sinopsis de la película nos habla de Conor O'Malley (Lewis MacDougall), un chico de doce años que convive con Lizzie (Felicity Jones), su madre enferma de cáncer, y todo lo que en el día a día ello supone. Una noche, Conor recibe la visita de un monstruo. El monstruo ha venido a contarle tres historias, tras las cuales, Conor deberá contarle la suya. Deberá contarle su verdad. La verdad que esconde.

La película es sin duda la mejor adaptación a la gran pantalla que he visto nunca. Así de claro. Me leí el libro poco antes de ir al cine y puedo jurar que muchas de las enseñanzas del monstruo son diálogos calcados de la novela. Y que muchas imágenes también son calcos de las ilustraciones del ejemplar ilustrado (que yo gracias al señor, tengo). Es lo que tiene que el guionista sea el propio escritor, que a fuerza te tiene que salir algo bueno.

Como en su momento señalé del libro, debo destacar de la película la facilidad con la que te envuelve con su trama y te atrapa sin que te des cuenta. Como impacta contra ti con la fuerza de un tifón y te deja temblando.
Señalar también su capacidad para que, de la historia que te cuenta el filme, tarde o temprano acabe encontrando algún elemento con el que contar tu propia historia.

Porque sí, es difícil que te encuentres en la situación de Conor, con una madre enferma de cáncer, un padre ausente y sufriendo acoso escolar, pero eso no exime que, al final, te acabes encontrando tu mismo en la película. 
Pensando y sintiendo como si tu fueras un poco Conor. 

Es una película dura, que habla sobre lo difícil que es aceptar la verdad, de como nos mentimos, a nosotros mismos y a todos, y de como cuesta decir la verdad. Las enseñanzas del monstruo son tan claras, tan reales y tangibles y ayudan tanto a Conor que acabas deseando que también venga a visitarte a ti.

Que lo que nos cuenta la cinta sea duro, no quita que esta sea preciosa visualmente hablando. Las historias están retratadas de un modo precioso, como si se tratara de cuadros de acuarela, la fotografía está muy bien conseguida y los efectos visuales son una pasada. 
El monstruo (con la voz de Liam Neeson en la versión original) está tan bien conseguido que no desentona en absoluto con el resto del conjunto, casi parece que sea real y esté ahí de verdad. 




Por último (esto se me está haciendo largo, lo sé, perdón, es la emoción), señalar el enorme trabajo actoral. Todos sabemos lo maravillosa que es Sigurney Weaver, y aquí lo vuelve a demostrar haciendo de una abuela poco convencional, pero que el fondo está tan superada por los acontecimientos como su nieto, lo que los une mucho más. 
Felicity Jones clava la fragilidad de una persona gravemente enferma de cáncer, pero que adora la vida, que quiere vivir y que ama con locura a su hijo, aún sabiendo que puede no quedarle demasiado tiempo con él. Su actuación te encoge por dentro.

Liam Neeson es un monstruo en todos los sentidos. No tengo más que decir. Transmitir lo que transmite sin que le veamos (ni en la versión doblada escuchemos su voz...) está al alcance de pocos. 
Para el final he dejado a Lewis MacDougall, maravilloso protagonista de la función. Que un niño tan pequeño (tiene catorce años, osea hello) sea capaz de cargar con todo el peso de una película tan intensa y a la vez pueda removerte los sentimientos por dentro de semejante manera... uf. Pelos como escarpias. 

Hacía mucho tiempo que no comentaba nada, absolutamente nada, durante una película. Porque estaba demasiado absorta en el nudo que me iba creciendo en el estómago, en lo que veía ante mis ojos y en lo que sentía dentro (madre de dios, soy una intensita de mierda xd).
Solo puedo darle las gracias a Patrick Ness por regalarme un libro increíble y a J.A Bayona por haberlo llevado al cine tan sumamente bien. 

Las historias son criaturas salvajes -dijo el monstruo-. Cuando las sueltas, ¿quién sabe los desastres que pueden causar?


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