HOLA

Este es un relato que escribí para un concurso de mi ciudad. No gané, pero me apetecía compartirlo con vosotros, a ver si os gusta ^^


Hola. Creo que te quiero.
Palabras que nunca salieron de mis labios. Palabras que no llegué a pronunciar jamás. Frío. Eso es lo que siento mientras te observo. Mientras recorro con mi mirada cada palmo de tu piel. Y una lágrima resbala por mi mejilla mientras agonizas en el silencio de este frío hospital.
Mientras pienso en todo lo que te debería haber dicho, un latido menos de tu corazón. Mientras imagino lo que podría haber pasado, lo bueno y lo malo, una respiración menos en tu pecho.
Y cuando toco tu pálida piel con la punta de mis dedos me rompo por dentro. Estallo en mil pedazos, pedazos que solo puedes recomponer tú. Y tú ahora no estás.
Porque no soporto verte postrado en una cama, sumido en una neblina de la que nadie sabe si algún día saldrás. Porque llevo demasiadas semanas viéndote así, tantas que todos tus huesos se han vuelto a unir. Tanto tiempo que ya vuelves a parecer tú de nuevo. Casi.
Y, sin embargo, tu cerebro sigue sin contestar a mis llamadas, comunicando, como una línea de teléfono que han cortado por impago. Bajo la mirada a mis manos, esas que tanto deseé que cogieras, y empiezo a recordar.
Recuerdo la primera vez que oí tu voz y como se coló sin que yo me diera cuenta en lo más profundo de mi mente. Recuerdo novatadas, y como me empecé a percatar de que estaba enamorada de ti hasta las trancas. Recuerdo como, borrachos cual cubas los dos, me gritaste desde el bus que me querías.
Recuerdo que te grité que ya lo sabía. Que mentira más grande. No tenía ni idea. Recuerdo las fiestas de la facultad, cuando me quedé a solas contigo. Recuerdo como a mi cabeza se asomó el conocido dicho “los niños y los borrachos dicen siempre la verdad”.
Lo que ese dicho no dice es que, además de alcohol, también hace falta valor. Eso fue lo que me faltó a mí. Furiosa, me seco las lágrimas con violencia. Basta de auto compadecerse. Basta de llorar por todo lo que pudo ser y no ha sido. Basta de ser débil.
Aprieto los puños. Hoy toca luchar. Hoy me toca ser a mí la valiente. Por los dos. Para que el día que abras los ojos las primeras palabras que escuches vengan de mis labios.

Hola. Creo que te quiero. 

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