MI PRINCESA

La miraba en la distancia. La echaba de menos en mis silencios, en su mirada, en su risa. 
Algunos podrían decir que es obsesión, pasajero, que en un año no se crean amistades así, pero ella ha demostrado que lo imposible sí existe. Es mi princesa y la quiero, contra viento y marea. Ella, la magia de querer, de sentir, de reír...

Una pequeña estrella que cayó un día del firmamento e iluminó mi camino. Sí, es cierto que en ocasiones parezco una persona abierta y fácil, pero muy pocas personas llegan realmente a mi fondo.
Ella es una de esas cuatro personas a las que he dejado entrar en mi corazón.

Y deseo, deseo con toda mi alma que siga ahí para siempre. Hace mi mundo un poquito más ameno, más fácil, más mágico. Quizá suene cursi, pero nadie sabe lo mucho que la he extrañado.
Porque si yo la cuido, ella me reconforta. Porque es pequeña, pero a la vez muy grande. 


Porque sabe que es preciosa, pero no llega a intuir cuanto. Porque la belleza no solo la tiene por fuera, sino también por dentro, y la adoro. Tal vez comparta nombre con más personas en este mundo, pero es su luz la que la hace brillar, ser especial, destacar donde otros no pueden. Porque es única.

Porque ojalá pudiera abrazarla fuerte y no dejarla marchar jamás. Porque cuando no está, me falta el aire. Porque por muy bien que escriba, nunca podría describirla con palabras.

Como el viento que se enreda en mi pelo, como el sueño cuando me alcanza, así es como la quiero.

Y recuerda siempre princesa. En la distancia, hoy y siempre, también te cuido.

Comentarios

  1. Querría explicarte todas las sensaciones que he sentido al leer esto, pero no sabría como, no hay palabras. Solo puedo volverte a dar las gracias una vez más y prometerte que jamás de los jamases me voy a apartar de tu lado. Sin ti me quedo vacía. Te quiero.

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