MALOS TIEMPOS EN EL ROYALE (BAD TIMES AT THE EL ROYALE)
Hola! Hoy estoy muy contenta de venir a hablaros porque la película que vi ayer, la nueva obra de Drew Goddard (The Cabin in the Woods), que con solo dos películas en su haber como director a mi ya me ha conquistado con su personal estilo, me voló la peluca en más de una ocasión.
En este caso, Malos Tiempos en el Royale nos cuenta la historia de siete desconocidos que tiene como centro neurálgico El Royale, un hotel que se levanta justo en la frontera de los estados de Nevada y California. La trama se sitúa en 1969, cuando la ola hippie de paz y amor empezaba a caerse a trozos debido a la Guerra de Vietnam, la llegada de Nixon a la Casa Blanca o el asesinato de Sharon Tate a manos de La Familia de Charles Manson.
Así, mientras se desarrollan las historias interconectadas de los personajes (entre los cuales no hay un protagonista claro), la película navega entre los últimos coletazos de la felicidad hippie y el miedo que se iba a instaurar en la sociedad a principios de los 70.
Uno de los elementos que más destaca de la película es su cuidado elenco. Entre los actores nos encontramos con leyendas de la talla de Jeff Bridges o Jon Hamm dándose la mano con estrellas emergentes como Cynthia Erivo, Dakota Johnsonn o Chris Hemsworth, que repite con el director (se que Chris ya no es emergente porque lleva la tira siendo Thor, pero su papel en esta cinta es diferente a todo lo que ha hecho y me parece importante remarcarlo).
Esta es una película coral, y los personajes se nos van presentando por etapas y por capítulos (hablaré más adelante de esta forma de narrar), pero sin que el protagonismo recaiga en uno más que en otro. Así pues, nos encontramos con un sacerdote, una cantante, una hippie, un vendedor de aspiradoras, un conserje/chico de la limpieza/barman, un líder de una secta y una jovencita. Aunque todos los personajes tienen su desarrollo mediante flashbacks que explican como ha terminado cada uno en El Royale, no es difícil empatizar más con unos que con otros.
En mi caso, los personajes que me resultaron más carismaticos e interesantes fueron el padre Daniel Flynn (Jeff Bridges), la cantante Darlene (Cynthia Erivo), Billy Lee (Chris Hemsworth) y la jovencita (Cailee Spaeny-no digo nombre ni relación del personaje con otros porque sería spoiler, pero me encantó).
Podría estar horas hablando de todos los diversos matices que tiene cada personaje, como ninguno son lo que aparenta ser en realidad y como la propia película te va dando pistas de eso, pero como no quiero cerrar la crítica sin hablar de algunos aspectos técnicos y tampoco quiero que se haga eterna, solo voy a comentar el personaje de Billy Lee.
Interpretado por Chris, creo que aquí se demuestra que es mucho mejor actor que lo que sus papeles habituales sugieren (esto incluso se ve en Thor Ragnarok con la vuelta de tuerca que le dieron al personaje y lo bien que le sentó), metiéndose en la piel de un líder sectario inspirado en Charles Manson (el propio año de la película hace un guiño a esto) que cuenta con su propia "familia".
Es un personaje muy carismático, sugerente, que atrapa al espectador con su discurso y su forma de hablar, moverse o vestirse, pero que también tiene un doble juego muy oscuro que por momentos se deja ver, demostrando que además de seductor también es peligroso y sádico. Agradezco a Drew que le de estos personajes a Chris para que pueda lucir ese rango actoral que tiene (nadie está diciendo que esté al nivel de Joaquin Phoenix, pero tiene saber hacer y películas así lo enseñan).
Por último, quiero hablar del plano técnico de la película. Probablemente el mejor adjetivo para definir la estética de la película es kitsch. Todo el hotel es extravagante y hortera, pero la sensación que deja en el espectador es de ser un sitio muy "cool". La fotografía es excelente, utilizando muchos tonos neón, dorados y azules, dando un tono casi surrealista a algunas escenas o enfatizando el carácter de cada personaje.
La película está contada mediante capítulos y con flashbacks, de ahí que se haya comparado tanto esta narrativa con el estilo de Tarantino, pese a que, salvo el punto de partida (extraños que se encuentran en un hotel), no tiene nada que ver con Los Odiosos Ocho.
La banda sonora es otra de las piezas clave por la cual el engranaje de la película funciona tan bien. No solo la original, compuesta por Michael Giacchino, sino también todos los temazos pop que tiene encastrada, convirtiendo en historia del cine gracias a 26 Miles (Santa Catalina) la secuencia inicial de la película (entre otros muchísimos, buscadla en Spotify).
Para despedirme querría señalar que, a pesar de todos sus aciertos y de que en líneas generales me haya encantado, peca de ser demasiado larga. Sus 2h y 20 no se me hicieron pesadas o lentas, pero sí se nota que podría haberse contado lo mismo en menos metraje y la historia no habría resultado afectada.
Eso sí, a mi no se me hizo pesada porque entré enseguida en la dinámica del autor y en el juego de la película, pero creo que fui la única de los cuatro que estábamos en la sala. Es importante ir sabiendo que la película es una mezcla loca de géneros (suspense, thriller, terror, comedia, musical...) y que si no te atrapa ese cóctel te puede llegar a aburrir.
Ya me despido, siento ser tan pesada, espero que si vais a verla os guste tanto como a mi, un beso!
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