KONG : LA ISLA CALAVERA

Hola corazones! (hoy me siento Anne Igartiburu)
Con una semana de retraso, porque no se puede decir que vaya sobrada de tiempo, hoy os traigo la crítica de Kong: La Isla Calavera, la última película del super mono.

Esta nos cuenta la historia de un grupo de científicos que, en 1973, capitaneados por Bill Randa (John Goodman) van a explorar una isla que hasta el momento había permanecido oculta. Para ello reclutan los servicios de James Conrad (Tom Hiddleston), un rastreador retirado del ejército británico, la tropa del Coronel Packard (Samuel L. Jackson), que estaba a punto de retirarse de Vietnam y de una reportera anti guerra llamada Mason Weaver (Brie Larson). Al llegar a la isla se darán cuenta de que nada es como pensaban y que no se trata solo de una misión de exploración y rastreo, ya que en esa isla vive Kong, el rey. 

Esta película se engloba en una especie de universo de monstruos que están creando Legendary Pictures y Warner Bros., en el que también se engloba la última película de Godzilla, dirigida por Gareth Edwards en 2014 (una peli que, si me preguntáis a mi, no obtuvo el reconocimiento que merecía, pero esa es otra historia). 

Esta cinta también está dirigida por un director ajeno al mundo de los blockbusters, ya que el director Jordan Vogt-Roberts solo había rodado una película anterior, que se podía englobar dentro del cine indie.

Así pues, para mi uno de los puntos fuertes de esta cinta es el tratamiento del color que le aplica el director, así como la fotografía, resultando de esto planos muy impresionantes, como el primer enfrentamiento de los helicópteros con Kong, donde destacan los tonos anaranjados y rojizos.

O la presentación de ciertos escenarios, como la isla, con una gran presencia de verdes y azules, o el lugar en el que viven los "gusanos calavera", los malos de esta historia, con tonos tierra y beige. Creo que aporta mucha personalidad a la película y hace que te entre por los ojos.

También destacan mucho y para bien los efectos especiales, pues todos los bicharracos, en especial Kong, están muy logrados, tan bien integrados con el paisaje y los actores que como espectador no dudas en ningún momento que el gorila y los otros animales sean reales. 

En general la trama de la historia está bastante bien llevada, con nuestros protagonistas intentando escapar de la isla cuando vean que en realidad no deberían haber entrado nunca (menos aún tirando bombas, es que el ser humano es la repera), pero también tiene algunas situaciones absurdas, como el hecho de que un tío que lleva atrapado la friolera de más de 20 años en esa isla reciba tan normal a las primeras personas que ven en más de dos décadas como si hubiera entrado hace dos días en el islote.
O que los científicos contraten a un rastreador para "rastrear" a un mono que mide 30 metros de alto, por si no se le ve bien o algo (srly?)

Otra de las cosas más flojas son los personajes, que son de cartón piedra y simplemente están ahí para llevarte a través de la historia, pero que son más planos que una tabla de planchar y que tienen cero desarrollo. Para muestra, los dos "protagonistas" y el colega atrapado en la isla desde la Segunda Guerra Mundial:

James Conrad: Es un rastreador que te cagas del ejército inglés que se pasa el tiempo que están en la isla con cara de mala leche, diciendo que todo lo que hace Packard está mal (que tiene razón, también es verdad) y tratando de que la gente le haga caso. Rastrear poco, porque como ya he dicho el mono es así como grandecito. 

Mason Weaver: Es la fotógrafa de la expedición. Y ya está. Osea no hace nada más que sacar fotos. Cada vez que tiene cinco minutos de protagonismo, en pantalla sale haciendo fotos. Muchacha, que sí, que es tu trabajo, pero estás en una tierra que intenta matarte a cada paso que das, suelta la cámara un rato hasta que estés a salvo. Sí, no es una damisela en apuros, pero es que hace tan poco que casi daría igual que lo fuera. 

Hank Marlow: Es el tipo que lleva atrapado la tira de años en la isla y que solo sirve para ser el elemento gracioso de la misma, porque a pesar de que lleva más años que nadie en el atolón, nadie le hace ni puto caso cuando dice "no deberíamos ir por ahí, hay monstruos" o "Kong no es el malo, dejadle en paz", étc. Así pues, está para dar la puntilla simpática a la película, pero ya está. Si no incluyes al personaje, la peli ni lo nota. 


Aún a pesar de esto (que es lo que yo ya daba por hecho, no iba a ver una película profunda o de personajes OSEA ES UN MONO GIGANTE, DE QUE ESTAMOS HABLANDO) es un filme que se disfruta mucho si te dejas llevar por lo que te cuenta, muy apto para pasar un buen rato y olvidar un poco la vida real, que es aburrida porque no tiene bichos como Kong (o Godzilla, al que hace una pequeña referencia y contra quien se enfrentará en una próxima película). Os la recomiendo para una tarde entretenida. Besos!



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